La vacuna contra el Virus del
Papiloma Humano (VPH) es la mejor arma para proteger a nuestros hijos de
diversos tipos de cáncer cuando sean más grandes. A partir de los 9 años tanto los niños como
las niñas deben inmunizarse.
Los estudios demuestran que el
nivel de protección de esta vacuna contra la infección del VPH y el cáncer de
cuello uterino es muy alta. Su eficacia alcanza el 98,2%. Asimismo, reduce el riesgo de desarrollar
cánceres asociados al VPH en hombres (ano, pene y orofaringe).
La pediatra Jessica Alvarez, de
la Clínica Ricardo Palma, explica que los menores de 15 años necesitan 2 dosis
de vacuna para estar protegidos. Estas inyecciones deben aplicarse con una
separación de 6 meses. Si es mayor, son 3 dosis.
Los efectos secundarios de la
inoculación son leves: molestias o dolor en el sitio de inyección y con poca
frecuencia fiebre.
Existen dos tipos de vacunas: la
tetravalente que protege contra 4 serotipos de VPH y la nonavalente que otorga
mayor protección al abarcar 9 serotipos del virus.
El virus de papiloma humano
también está asociado a cánceres de vulva y vagina, así como, a verrugas
genitales. La inmunización no protege contra todos los VPH existentes, por lo
tanto las personas sexualmente activas deben usar condones.
En tiempos de pandemia es
importante que los padres no descuiden el calendario de vacunación de sus hijos
para que puedan crecer fuertes y sanos.