NARCOLEPSIA: ENFERMEDAD QUE CAUSA SOMNOLENCIA DIURNA Y PÉRDIDA DE CONCIENCIA ABRUPTA
Vivir con somnolencia es vivir
bajo el escrutinio familiar y social. “Los síntomas suelen causar disfunción
social, familiar y laboral, por lo que los pacientes sin ayuda oportuna
enfrentan por sí mismos una afección desconocida”, según lo explica el
neurólogo Frank Villarreal especialista en Trastornos del Sueño de la Clínica
Ricardo Palma.
Advierte que el aislamiento
social incrementa el riesgo de sufrir enfermedades mentales y
cardiovasculares. “En niños y jóvenes es
frecuente ver fracaso estudiantil y alteraciones del comportamiento, ira y
frustración”, señala.
La narcolepsia es una rara
enfermedad caracterizada por la interrupción normal de los ciclos de vigilia y
sueño. Clásicamente se manifiesta con excesiva somnolencia diurna acompañada o
no de cataplexia (episodios repentinos de debilidad muscular que ocasionan
caídas y suelen producirse por emociones inesperadas).
Sus síntomas más frecuentes son:
Somnolencia diurna acompañada de sensación de fatiga, cansancio y necesidad de
tomar siestas reparadoras; parálisis del sueño, episodios breves en los que a
pesar de estar despierto el paciente es incapaz de moverse (situación que
genera mucha ansiedad y estrés).
Además de, alucinaciones
hipnagógicas (al iniciar el sueño) o hipnopómpicas (al despertar) que son experiencias
multisensoriales percibidas como “casi reales” de sucesos generalmente
angustiantes. Sueños no reparadores y ataques de sueño (necesidad imperiosa e inevitable
de tomar una siesta) que rara vez logran evitarse y ocurren en cualquier
momento.
Esta patología afecta de 3 a 67
personas por cada 100 000 habitantes. Por lo general, se manifiesta entre los
10 y 20 años. Sin embargo, en ocasiones empieza a edades más tempranas y muy
raramente a edades tardías. No existe una clara asociación al sexo. Algunos
estudios revelan que muestra más prevalencia en varones que en mujeres (con una
relación de 3 hombres por cada 2 mujeres).
¿Cómo se diagnostica?
En la consulta el especialista
busca cuáles son las causas frecuentes de somnolencia diurna del paciente como:
privación voluntaria del sueño, apnea del sueño, movimientos periódicos de las
extremidades, insomnio y causas orgánicas o farmacológicas.
El paso siguiente es efectuar un
estudio de sueño durante la noche, seguido de un test de latencias múltiples. Esta
prueba mide la facilidad con la que la persona se queda dormida y el tiempo que
toma para iniciar en sueño movimientos oculares rápidos (MOR o REM). Se pueden
realizar estudios adicionales, de
acuerdo a la sospecha clínica del médico a cargo.
El tratamiento está destinado a
ayudar al paciente a que tenga una vida plena y feliz. Se le explica en qué consiste
la enfermedad y se diseñan estrategias que le permitan afrontar sus labores
pese a los síntomas.
En tanto, el tratamiento
farmacológico busca disminuir la somnolencia diurna y los episodios de cataplexia.
Existe la necesidad de otras intervenciones multidisciplinarias dirigidas al
manejo de otras comorbilidades que pueden aparecer como trastornos del humor y
ánimo, insomnio, trastornos respiratorios del dormir, entre otros.
Hasta el momento la narcolepsia
no tiene cura definitiva. Los tratamientos con medicamentos han tenido un
avance significativo en los últimos 5 años.