
El asma es la enfermedad respiratoria crónica no transmisible
más frecuente en el mundo. Afecta a niños y adultos. Se produce cuando los
bronquios o vías que conducen el aire a los pulmones se estrechan debido a la
inflamación y la comprensión de los músculos que los rodean y causa tos,
sibilancias, disnea y opresión torácica.
La neumóloga Fátima Ortega, de la Clínica Ricardo Palma,
explica que sus síntomas son intermitentes y suelen agravarse durante la noche
o al hacer ejercicios. Para controlar su sintomatología y evitar crisis es
necesario que el paciente siga un tratamiento adecuado a base de
broncodilatadores y antiinflamatorios de la vía área.
El tratamiento se diseña de acuerdo al cuadro médico de la
persona. Para ello, el especialista realizará un interrogatorio detallado, una
evaluación clínica y una espirometría (prueba de función pulmonar), a fin de
recomendar los medicamentos más idóneos, siendo los inhaladores los más
efectivos para controlar esta afección.
En este sentido, es importante aclarar 3 falsas creencias
sobre la enfermedad:
Mito1: La persona con asma debe usar
medicamentos solo cuando tiene ataques; de lo contrario, se puede hacer adicta
o dependiente de los inhaladores.
Usar los medicamentos con
regularidad, según la indicación médica, es la única manera de controlar la
enfermedad y así calmar la inflamación de las vías respiratorias y evitar que
el asma empeore. Utilizados en dosis adecuadas los medicamentos diarios son muy
beneficiosos y no causan efectos secundarios incómodos ni generan adicción.
Mito 2: Los inhaladores malogran el
corazón.
Múltiples estudios han demostrado la
seguridad cardiovascular de los broncodilatadores. Un efecto secundario normal
y esperado de algunos broncodilatadores es la taquicardia (aumento de la
frecuencia cardiaca). Sin embargo, no significa que dañen al corazón. Al
contrario, mantener la vía aérea obstruida con disminución de oxígeno en sangre
puede causar arritmias y deterioro de la función cardiaca.
Mito 3: Los corticoides inhalados
engordan.
El pilar fundamental de tratamiento del asma son los corticoides inhalados, ya que se depositan a nivel pulmonar con poca absorción sistémica, por ello no se observan efectos cardiovasculares, óseos y/o metabólicos con su uso y no aumentan el peso.
Si usted sufre de asma:
- Acuda a su médico si siente un silbido en el pecho, presenta tos persistente o dificultad respiratoria.
- Tome los medicamentos de la forma indicada por su especialista y manténgase lejos de cosas que puedan desencadenar un ataque.
- Realice ejercicios de manera regular y mantenga una alimentación sana.
- Cumpla con su esquema de vacunación para evitar cuadros graves de infecciones virales o bacterianas.
- No fume, mantenga las áreas comunes y habitaciones ventiladas y libres de moho y humedad. Asista a un control regular que incluya espirometría para medir la cantidad de aire que inhala y exhala.