El glaucoma es una de las
principales causas de ceguera en el mundo. Puede producirse a cualquier edad,
pero es más frecuente después de los 60 años. Muchas veces no da síntomas,
según lo explica la oftalmóloga Verónica Talavera, de la Clínica Ricardo Palma.
Por lo general, solo se nota
cuando hay un cambio en la visión. Lo
que significa que la patología ya se encuentra en una fase avanzada. Por ello,
es muy importante acudir a un control ocular periódico, que incluya medición de
la presión ocular y fondo de ojo para realizar un diagnóstico temprano.
Cuando se recibe atención
oftalmológica de manera precoz, la pérdida de vista se puede retrasar. Una vez
diagnosticado el glaucoma la persona necesitará recibir tratamiento de por
vida. A veces se trata con medicamentos,
otras con cirugía o con ambos métodos.
Aunque estos tratamientos pueden ayudarnos a proteger nuestra salud
ocular, no sirve para recuperar la vista perdida.
CIFRAS
Según la Organización Mundial
de la Salud, más de 1,300 millones de
personas viven con alguna forma deficiencia visual. La mayoría de personas con
problemas de visión tiene más de 50 años; sin embargo, también puede afectar a personas
más jóvenes.
El deterioro de la visión afecta
seriamente la calidad de vida del paciente. No solo tiene secuelas psicológicas,
también reduce su participación en el mercado laboral y productividad, lo que
repercute en su economía. En el caso de
los adultos mayores, los problemas de la vista contribuyen a mayor riesgo de
accidentes, fracturas, dificultad para caminar, aislamiento, ansiedad y
depresión.